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miércoles, 7 de enero de 2015

La Bolsa o la Liga.


Sólo ante la Liga, con una sonrisa.

Un día como otro cualquiera después de un fin de semana movidito, los aficionados a este lado del río están todavía con la resaca de los últimos escarceos en la Liga BBVA.
Esta pugna del fútbol español por hacerse con todos los titulares en los periódicos deportivos del mundo. Nos acercaremos a la cantina para ver lo que se cuece, tras las últimas noticias que ofrecieron los más diversos pistoleros del lejano y salvaje oeste.

Este es un territorio seco como los mazapanes de la navidad, en el que priman los bajos instintos del fútbol y se propaga la ley del más fuerte. O del tirador cantoso más rápido en conseguir la portada.
Por las llanuras desérticas, los hombres pululan increpándose unos a otros, maldiciendo y justificando acciones que no tienen explicación lógica. Algún que otro solitario, sacado de las antiguas leyendas contadas por reporteros primerizos, cabalga entre una ensalada de balas que se disparan sin apuntar, como los verdaderos protagonistas del far-west.
Mientras, las coyotes (porque aquí no hay hienas) se encargan de dejar en los huesos al cadáver de una res perdida de la manada. A ver si es que fue bautizada con el apodo de Bartomeu.

¡Vaya jornadas que estamos viviendo! No se asoma ni dios a la calle.
Un matojo del desierto pasa rodando por mitad de la calle entre los silbidos del viento del atardecer.

En esta película de vaqueros, toda la semana ha resultado un caos. Sus protagonistas se han identificado con algunos de los futboleros de la liga, mimetizados bajo sus sombreros calados en sus ojos y dispuestos a desencadenar el infierno de plomo. Los más revoltosos se han dedicado a insultarse entre dientes y mandarse recaditos con amenazas ya no tan veladas.
Eran dos hombres y un destino, marcado a fuego y sangre que significaría para uno de ellos el adió a este lado de la frontera, sus nombres conocidos en cualquier rincón del valle eran Lucho Cassidy y Messi Kid. Con tantas malas pulgas que pican más que el whisky que se sirve en el bar de Mou. Un brebaje más peligroso que el veneno.

También Messi y Lucho Cassidy se enfrentan por la atención de una dama, no sé si será amor a la parrilla argentina o al asturianu de judías, pero tiros por un culo van a salir. La dama en cuestión se conoce por los colores de sus mejillas, más granas que azuladas, y le está entrando un ataque de celos que ni Shakira con las ventas de su última canción. Oh, Shakira no rockanrolees más por mí...
En definitiva, que buscaba la independencia y se ha encontrado estrellada por llevar los frenos de la bicicleta sin revisar, ni ´ná`.
A este paso, se van a encontrar solos y agarraditos de la mano, ante el precipicio que se abrirá a sus pies y terminarán dándose un chapuzón, y posteriormente tomando sopitas calientes cada uno en su sitio.
Se han cargado ya a Zubi el vasco, a Pujol con su par de Bolas o Sam, y suma y sigue.

Acabarán arrinconados en alguna población fronteriza con México, con una balacera de las horadas llegadas del río Chelsea u otro. Presionados hasta que no resista más la situación y todo acaba como el rosario de la Moreneta.
Vamos que el verdadero salto al vacío puede estar aún por acontecer, como una caída suicida de su participación en esta historia plagada de mal rollo. Para divertimento de los enemigos, que se toman un chupito a su salud a costa de los indios.
Uno aparecerá muerto, seguro, o sino los dos a la vez, Érase aquella vez in the West como un homenaje a Leone y los silbidos que marcaron la infancia, cuando los niños jugábamos a indios y vaqueros.

Es la ley del salvaje Oeste, pues el que se mueve sale en la foto con un señor de negro detrás. Por si las moscas.
Aquí, sólo sobrevive el más fuerte o el revólver más rápido en desenfundar un cheque. Sin embargo, el papel de consentido ya no sirve para acreditar su rendimiento a caballo, porque los poderosos terratenientes y ganaderos ricos tienen que empeñar sus ganancias en financiar una batalla sin solución. Preferirían estar ocupados en fabricar el nuevo ferrocarril o dedicarse al comercio con aquellos países ricos en materias primas, incluso, alguno se sirve de su papel en la política para realizar asuntos sucios, como llevar sacos de oro más allá de la frontera.
En fin, alguno acabará con sus posaderas en la prisión del sheriff.

Los pistoleros están concentrados en tomar sus posiciones, será un espectáculo que llenará las páginas de las noticias del otro lado del estado, y será relatado en las tierras más apartadas separadas por el mar. Las cuadrillas formadas por fanáticos, se suben al carro para armar la marimorena en las tertulias deportivas, desde El Chiringuito más líder hasta la deseada Goleada. Por supuesto, los periodistas están afilando sus plumas para destrozar a los cobardes, que vienen los caballos.
Desde el escondrijo del vinicultor Laporta, se cruzan las apuestas para el cambio de roles, con sus medios afines manejando las noticias y creando regueros de lágrimas en las oficinas del Sport of the Pacific como las del Texas Deportivo.
Algunos ya están preparando la soga para colgar al innombrable en el árbol del ahorcado, con su camiseta de rayas horizontales.

Si se quiere sobrevivir en este infierno, deberán lanzarse a una cabalgada alocada por el polvoriento desierto, plagado de víboras y otras alimañas, así como, de las tribus de indios que esperan en las colinas para golpear con sus flechas certeras. Además, andan apoyados y fotografiados con las cámaras dispuestas por su gran jefe, el Cerezo Sentado.
Por allí marcha a lo lejos, a horcajadas hacia las tierras del Norte, con las tribus de los Chelsea Boys, con sus casacas azules dirigidas por el General Mou que lanza sus dardos envenenados a las estrellas culés.
Es o no, divertido.

Además, esta semana de quebraderos de cabeza y sobresaltos en pérdida, también los indios de la tribu del Manzanares (fríos y enfebrecidos por su capitán Jerónimo Simeone) han ingresado en sus filas al defenestrado Fer "El Niño" más lento que el caballo del malo y elegido para enfrentarse a los hombres blancos.
Ay, aquellos reflejos ya no son lo que eran, antes de pasar por otras tierras. Ahora, se ha convertido en una especie de mercenario pagado por los forasteros en busca de hacerse con una mina de oro. Y es Cerezo Sentado consigue gratis todo lo que se propone, nadie sabe a qué hechiceros consulta para alcanzar el éxito en los negocios. Quizás, unos pies negros o una mano al ritmo de los silbidos.
Ese intercambio de piezas que estaban encerradas en las celdas de sus respectivos condados, uno de ellos el peligro y pendenciero Wyatt ´Cholo` Earp, que espera una oferta para emigrar con las temibles barras bravas y hacer victoriosa a su selección.
Puede ser, la última oportunidad de Messi Kid para ganar el título del mundo en la vieja Europa.

Por último, en una triste orilla se hallan los perseguidos por las hordas anti-madridistas, que van perdiendo el terreno ganado por falta de inteligencia en los enfrentamientos directos con los representantes del gobierno del ´jurgol`, pues son los encargados de elegir a dedo a los jueces en un territorio hostil y sin ley justa. Cuando deberían estar celebrando con los chupitos servidos, se entretienen con los palos en la taberna del King.
Los blancos han perdido su cerebro, y se están cogiendo sus medidas por si el enterrador debe hacer su trabajo. Porque si ves las barbas de tu vecino pelar... pon las tuyas a remojar, pues ya no se gana a nadie sólo con los pelos.
Mientras, se empeñan de poner como Juez de la Horca, al Sr. Clos que cloquea como una gallina delatora su odio por todo lo blanco.
Alevosía y premeditación ante un público radicalizado, y con el olor de la muerte al borde del río.

Un vaquero, emigrado de las tierras galesas como tantos otros que protagonizaron el western, sir Pat Gareth ´Bale` con sus famosas cabalgadas por la banda, se encuentra como caballo loco y con poca visión de las escaramuzas contrarias. Si el general Carletto no se da cuenta de su estrategia, con el galés por la izquierda, Benzema al otro extremo y Ronaldo de ariete encabezando el ataque (marcando más muescas en su Golt), se perderán muchas opciones de triunfo. Pues no se garantiza su participación con sus innatas cualidades, sino a pie cambiado.
Menudo panorama, con el humo subiendo por las colinas, ya veremos a la vuelta.

Vamos, que la Liga es un hervidero de nervios, bilis y sangre por los terrenos. Todo parece calmado ahora, pero es sólo una mera ilusión. El silencio se mezcla de una tensa espera, dónde el sudor empapa a todos los participantes en las diferentes contiendas y se verán los próximos acontecimientos, como un preso a la espera de ajusticiamiento al amanecer.
Dos hombres y un destino con el frío de la noche, por un desierto plagado de indios con el cuchillo entre los dientes y los coyotes buscando su lugar para observar desde las montañas blancas. El olor a pólvora impregnará las jornadas siguientes, pues la venganza a comenzado en el salvaje Oeste y veremos si queda algún testigo de la masacre, pues los buitres se encargarán de los restos.

Mientras, el viejo y solitario vaquero se retira hacia lugares lejanos, escribiendo su historia y perdiéndose en el horizonte sin volver la vista atrás. Se recorta la reconocible figura a caballo frente a una puesta de Sol y la creciente oscuridad.

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