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jueves, 28 de julio de 2016

Los ´7` Magníficos.

"Jugadores de Leyenda" (by Nino)

Aquel 5 de acento francés que llegó con la pasión por el Real Madrid, metido en su carismática y positiva cabeza, nos ofreció con su técnica depurada, momentos inolvidables como ese gol mágico que produjo el éxtasis futbolístico en muchos hogares de aficionado en todo el planeta. Zizou o 5z-Top, nos metió en su bota izquierda (pues, esta vez en su traje de trabajo no llevaba bolsillos) y su imagen se ha convertido en un ícolo de la historia blanca, hasta la eternidad. Su filosofía de vida y tranquilidad para afrontar los problemas, aporta el carisma necesario de un líder como aquellos "7" que se identifican con los magníficos, goleadores y caracteres mesiánicos, para deleitar a las masas. Tanto las favorables, como el respeto de los contrarios.

Acabada la sesión de fútbol internacional, ya comienza casi sin tiempo para respirar y asimilar los resultados pretéritos, una nueva temporada con renovados deseos y esfuerzos físicos en los entrenamientos, para volver a ser los protagonistas de una difícil competición, o mejor dicho varias. Ya que los equipos a los que nos enfrentaremos (queda comprobado con la alegría desbordante de Koné por haber conseguido marcar en un encuentro de preparación), tendrán como objetivo derrotar al Real Madrid campeón de la Copa de Europa en 2016. Por otro lado estamos acostumbrados a la presión de todo tipo, incluso, la proveniente de la prensa más lastimera.
Hasta hace poco, aún muchas estrellas están descansando merecidamente, las selecciones europeas y americanas, se han enfrentado por alcanzar el título de reyes del fútbol con sus queridos países, creo, y demostrando su predominio con el balón por los terrenos de juego y su impacto mediático en otras regiones del globo. Esos cuyos números encajan a la perfección en sus puestos esenciales para su equipo, y demostrar que aquellos "magníficos" siempre aparecerán en los instantes clave de un partido. Con un máximo protagonista con el dorsal número 7 a sus musculadas espaldas, Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro nacido en Punchal (Madeira), el comandante conquistador y máximo goleador de Champions y ganador de la última Eurocopa con Portugal, claramente, favorito para el próximo Balón de Oro otorgado por la UEFA. Esperemos que se porten bien...

Mientras, al otro lado del Atlántico sale vencedora la "roja" o selección de Chile, con otro "7" desequilibrante llamado Alexis Sánchez, luchador hasta el final y capaz de desarmar las defensas contrarias en un minuto determinante. Y la sorprendente respuesta de la estrella argentina, con su decisión de no representar más a su equipo nacional como jugador. En esta ribera, el fútbol europeo demuestra ciertas carencias, respecto a los muchachos que deben afrontar ciertos riesgos en el ataque y convertirse en auténticos depredadores del área. Lo hemos comprobado con encuentros demasiado controlados y excesivo respeto por una derrota con un contrario encerrado atrás, por ejemplo, las dificultades del fútbol español para descubrir en los clubes a las nuevas estrellas para la selección.
Definitivamente, es una evidencia este aumento de la táctica futbolística en detrimento de la espectacularidad de los goles y el juego ofensivo, no cabe duda, esto se desprende de la escasa repercusión u ocupación característica de los mejores jugadores, los siete. Dominadores del regate en corto, de control exquisito y una definición clarividente en el área pequeña, los señores del aluminio en los piesl. La sangre valerosa y el ADN que corresponde a jugadores de países sudamericanos y de otras nacionalidades, que fichan por los principales clubes del Viejo Continente, merecidamente por descontado.
Por tanto, la aventura dentro de los próximos lustros, por las canteras de media Europa, sería tratar y completar el juego de los jóvenes sufridores (antes por campos de tierra) para conseguir su formación completa, y perseguir a futuras figuras aprovechando sus cualidades técnicas de cara a la portería contraria. Una misión constructiva, magnífica, a la búsqueda de estos elegidos, denominados por servidor, los Siete.

En el camino hacia ellos, su "7" dominando con nombre escrito, lamentamos el olvido de la selección española y su lustroso pasado, dónde aparecieron nombres y mentes rápidas de movimientos, decididas para erigirse con la función de líder y su dominio durante décadas, controlando el ataque del equipo, hoy derrotado. Un éxito que, ahora, acoge el dorsal de guía (casi espiritual), la figura de un delantero más cercano al 9 como Álvaro Morata, que deberán demostrar muchas más cosas todavía y cambiar su actitud en algunos partidos. De momento, estamos a la espera aunque no haya mucho tiempo para su lento camino.
Así, con otros más osados en el juego, hemos caído sin sentido del ridículo, siquiera. Por el resultado final (es injusto cebarse con ningún jugador en concreto) no hemos alcanzado el resultado deseado por el técnico y la afición, como muchas otras selecciones. Y aquel cometido histórico de carácter, queda huérfano de representantes y valientes capaces de ahuyentar la presión sobre sus hombros o ser capaz de controlar la situación en los últimos metros y el equipo a sus espaldas. Su escasa edad ha podido ser el detonante, pues calidad posee, tal que muchos otros en la competición que también fracasaron con sus equipos o no estuvieron perfectos en la preparación física o mental.

Si Morata será el "9" futuro para España o el Real Madrid, dependerá de su sacrificio y la necesidad de crecimiento individual, con su calidad y capacidad para rematar, falta observar esas cualidades de líder. Por tanto, pronto veremos su destino. España quedó eliminada por variadas causas, motivos que se desbaratan en declaraciones o acusaciones que no sirven para nada, e imágenes que demuestran la escasa preparación de una escuadra comprometida y triunfal como ayer. En esencia, no se ha competido al ritmo ni con la inteligencia necesaria, tampoco se han realizado los cambios para competir al máximo nivel de exigencia, frente a selecciones que nos superaban en ganas y posicionamiento zonal defensivo. Cansados, abstraídos o descontentos con los esfuerzos exigidos, o no, por un Vicente del Bosque que se despide del cargo, con un pasado plagado de éxitos personales y de equipo. De la estructura deficiente en otros sentidos y el siete que nos hizo una luchadora Italia, correremos un tupido césped.
Pero, otras selecciones se han sonrojado igualmente, y han evidenciado una larga temporada o cierta falta de compenetración. Debilitadas frente a jóvenes sin miedo, que atacan y defienden como poderosos y organizados enemigos, algunos siendo simples y respetados aficionados. La selección de Croacia, posiblemente, hubiera sido una de ellas y no ha podido aprovechar una ocasión histórica, para demostrar la calidad de su juego y más atrevimiento para lanzarse a por la cruda victoria, aceptando esos riesgos que conlleva la osadía en los pies.

La Historia del ´7`. En la memoria del deporte rey, el ´7` es sinónimo de garantías y esfuerzo. Igualmente, número cabalístico que, en determinados onces míticos, estaba predestinado a transformar el barro bajo sus tacos y un pesado esférico de cuero cosido, en oro. Nada de vagar o presionando alocadamente sobre el césped, sin objetivo definido ni cabeza, y evitando esos errores defensivos al borde del propio área, que deslucen el juego y la brillantez de un espectáculo, cuyos aficionados exigen un mayor número de tantos en la portería, demostrando que la aparición de un líder es fundamental, para arrastrar a sus compañeros o romper aquellos sistemas ultra defensivos, o sucios que deshonran el deporte. Porque, el 7 es sinónimo de clase, vértigo, calidad y hambre de gol.
Hoy Europa parece casada con una crisis existencial tan galopante que pareciera mimetizarse en los estadios, con una amalgama de personajes de toda la sociedad. Vemos en Alemania el idolatrado número, a espaldas de un Schweinsteiger ya con 31 años y sin estrella meridiana (cuando el futuro de los germanos sería un vertiginoso Draxler u otro posible en ciernes), salvo un espectacular Kroos seguimos esperando a ese sustituto natural. O la gloria que llamaba insistente a puertas de un belga llamado De Bruyne, el ordenado Milik de la humilde Polonia o ese Zaza saltarín que nos haría sonreír en los últimos metros... Fueron fugaces.
Difícil reemplazar o una gran proeza, como la crecida de un ´berserker` casi mágico de la selección islandesa. Un momento idóneo de Griezmann con Francia que se escapa (no fue suficiente en semifinales sin la referencia de Karim Benzema), y por encima de ellos, un Cristiano Ronaldo, molido como polvo de alas de polilla, triunfador capitán de nuestros vecinos portugueses y orgullosos campeones. ¡Felicidades a un gran Pepe, también!

Ni el rodillo alemán tan presto en la historia futbolística o la gran anfitriona Francia con ese factor de desequilibrio rubio o Griezmann, han podido rendir y recuperar, con la presión del ambiente o los medios, diferencia radical con la otra semifinalista, el resistente País de Gales con sus púrpuras dragones luchando sin sentido de inferioridad, física o táctica de un equipo inferior en otras cualidades. Ahí, el esfuerzo no está reñido con la clase, que proviene de la velocidad de un ´Gales` Bale, demostrando ser un líder dentro y fuera del campo y pudiendo transformarse en la bala de un 7 perpendicular, que va del lateral a la frontera del 11 sin inmutarse. Pasando por todas las posiciones en el centro y ataque, con ciertas garantías y la lucha guiada de sus esforzados compañeros. Un brit de Gales en la carrera futura, para conquistar esa primera elección a mejor jugador del mundo.
Entonces las dotes del "7" siguen siendo: la visión espacial, la habilidad o rapidez en regates sorteando peligros y tarascadas infames, como aquellos samuráis manejaban con equilibrio y fuerza, el dominio de territorios enclavados en el miedo y la búsqueda anímica para alcanzar el máximo rendimiento a su esfuerzo. Emocionalmente, ese espejo capaz de reflejar el esfuerzo y hacer mejores a sus camaradas, logrando así, el éxito con decisivas batallas y ser nombrados como imbatibles caballeros del balón.

Ya que en este deporte, el encumbrado como rey es el siete vertiginoso, su tradicional papel como capitán en los equipos que lidera y las batallas que enfrenta, éste compite con la técnica en sus pies y un arrojo necesario para dar la vuelta a un resultado negativo. Aparecer en los instantes resolutivos con eficacia e inteligencia emocional, o convertirse en multitudinaria mente y las botas de una nación, cuando su movimiento como séptimo caballero, significa riesgo, toque, ruptura, interpretación, creación, imaginación y definición sutil. Y aquellos participantes con el dorsal en este endiablado juego, tienen suficiente carácter para la dirección a la hora de hablar, o inciden en las defensas rivales como cuchillos sobre la mantequilla (no hablo de tangos en París), por una banda o el centro del área, golpeando con su mejor herramienta... Magia, que utilizan para sacar la ocasión de la nada y el control que asegura sus pasos decisivos hacia el gol (sin patadas o triquiñuelas de mal gusto al rival), de igual forma que la diestra, saeta maestra de aquel mítico héroe, del Real campeón de Europa y añorado hoy ejemplo de caballero, Don Alfredo Di Stéfano. Nuestro siete en el alma, para triunfar de nuevo, debe ser un jugador con el corazón y la mente. ZZ

Cinematrográficamente, echando la vista atrás, a aquellos siete samuráis de Akira Kurosawa y sus hombres interpretando su labor a la perfección, con los galones de la experiencia, el valor del actor y el furor para ir al ataque. Sirven de ejemplo para las generaciones venideras, como una muestra de épica clásica, al igual que un 7 de otros grandes clubes alcanzando la gloria. Después, de oriente a occidente, comienza el enfrentamiento con un versionado en la conquista de lo salvaje, con Los Siete Magníficos, adaptando el ´juego` a sus costumbres del otro lado del Pacífico. Cuando, su director John Sturges vio las posibilidades de aquel siete oriental y el guion, para evolucionar el panorama revuelto del western en la década de los 60 y rescatar un género en aparente declive. Hoy renovado a cuentagotas, tras anteriores obras maestras de Zinnemann, Hawks, Wellman, Walsh, Mann o el gran John Ford... y aquella imprescindible banda sonora para la épica. O, el recuerdo de un portero norteamericano llamado Sylvester Stallone, la historia esquiva de los EEUU contra Argentina (asustado ante su poder arriba) y gritos de alegría para el 7 de Alexis y compatriotas chilenos, demostrando que toda épica puede provocar un terremoto, en este caso, de grado 10 para la Sudamérica y la frontera de la Patagonia.

El Gran 7 Blanco: En nuestra parcela más internacional, recorremos el mundo demostrando la capacidad de reunión de un club universal y mágico, donde el 7 incansable del Real Madrid sería un dominador, aunque los trencillas no disimulen su falta de escrúpulos para solventar la violencia en sus carnes. Pero, entre los clubes más importantes del mundo, un solitario vaquero ha emergido y triunfado, con legiones siguiendo sus pasos (esperemos que también alguna palabra de ayuda), ya que ha regresado con la sonrisa del hombre tranquilo. Como un sigiloso Zzorro o jaleado como un mesías y llevando al Real Madrid al estrellato de nuevo. El gran jefe Zizu ha tranquilizado el hambre de un tiburón denominado CR7. Un Real Madrid que históricamente, ha tenido mucho que ofrecer a esta competición y el adorado fútbol europeo, con sus siete u otros magníficos, con su participación de lujo en cualquier competición, aún siendo un torneo de verano. Debemos estar preparados para el sufrimiento con inteligencia y diversión, por que para la consecución de nuevas gestas tras la internacional undécima, todos los rivales a los que se enfrente el Madrid, intentarán una victoria, con todos los medios a su alcance. Ojo, no será nada fácil, pero me conformo con el juego bonito y divertido, perpendicular e imaginativo, o la explosión mediática de otras estrellas ocultas. Magníficos, también algunos en la cantera madridista que espera con ansia el salto.

Aquellos magníficos históricos y las rápidas acciones que decidían los encuentros, muchas veces, venía tocados con el dorsal de un astral siete, tal que los se perciben a simple vista en el firmamento. Fueron (y son) responsables de quebrantar la defensa más numantina, la aptitud del equipo sin desfallecimiento y capaces de marcar un tanto, el golpe mayúsculo a las alturas o la historia, la gloria deportiva y motor del equipo. Sus neuronas guían sus piernas, meditan la situación más enrevesada, controlan el ritmo, pausan y encaran al adversario, se lanzan como una estampida contra la portería contraria, o tocan con tranquilidad y la colocan por la escuadra. Quince años han pasado del fichaje de *Sisú*, un 5 multiplicado por 7, con su gatillo preparado en los metros finales y darnos la nueve, como esos transformados en líderes y aupando al equipo, en los instantes de nervio o zozobra. Grande Zidane, ganador de la once y Entrenador con mayúscula.

Aquellos Siete eran el arma de disuasión que con arrojo, maneja espacio y el tiempo, la memoria en sus vitrinas. Con esa especie de suerte característica de hábiles felinos y vidas sucesivas. Gol de estilo. Muchos nos mirán, incluso, prácticamente inmortales en el corazón del madridismo, como las estrellas del cine... Yul Brynner, Charles Bronson, James Coburn, Robert Vauhgn o Steve McQueen, en el recuerdo de multitud de aficionados al Séptimo Arte, y también el deporte astro. El Real Madrid actualmente vive momentos inolvidables y éxitos plateados, recuerdos de sus muescas y balas, de míticos 7 con cariño, denominados aquí como magníficos pistoleros sin violencia. Jugadores que empezaron con victorias europeas, en el llamado Madrid Yeyé con Manolo Velázquez, por entonces, sucesor de un éxito embriagador, que se marcaba con la clase y el estilo de los cincuenta, sobre las espaldas de Alfredo, o de un francés con origen en la resistencia polaca, llamado Raymond Kopa y sus 3 Copas de Europa. Buen augurio para el siete ibérico, como la séptima deseada hasta el infinito, que llevaría el reconocimiento de un pillo inteligente y vecino del gran Lukita, el montenegrino vivaz... Predrag Mijatovic. Hoy todavía, se sienten las lágrimas (o el golpe de un servidor alocado, emocionado contra la puerta corredera y cristalina del salón de casa)... creo que ahí, sí comenzó todo. De nuevo.
Pues, los 7 seguirían siendo imprescindibles en Madrid (sin triunfo máximo o gloria europea en la otra parte de la ribera), deleitándose con hombres de toque y casta como D. Amancio Amaro "el Brujo", aquel D. Juan Gómez inolvidable "Juanito" que nos mira con una sonrisa, hoy, el sorprendente D. Emilio Butragueño o "el Buitre" endiablado o, un todo corazón llamado D. Raúl González Campo (felicidades por 39 años recién cumplidos). Hombres decididos con esta posición suya, mágica que iba a ilustrar al Santiago Bernabéu durante décadas y un siglo, para erigirse en rompedores de récords. Donde, nuestro comandante actual y 7, Cristiano Ronaldo al lado de su Portugal, ha conquistado el corazón de muchos que negaban su esfuerzo y valentía. Gracias de la afición blanca, a todos, por vuestra calidad e imaginación con el esférico... a CR7 por muchos y dorados años más.

Mientras, en otros lugares, otros sietes deslumbrantes y magnánimos, se apoderaban de sus equipos respectivos y el juego, desde el Beckham de Manchester a Madrid, el Figo más madridista que nunca de Lisboa, o un Eric Cantona en el Marsella, Garrincha en la Brasil de Pelé o un Villa eléctrico para nuestraa ganadora Roja. Morata es más ´9` a la sombra de los héroes y el siete está por venir, aquel necesario para volver a reinar en Europa y el mundo, demasiado alargada en el pasado madridista y español.
Pues, en ella ponen sus ojos los del tendido y otros inombrables, brindando ante un espectacular blanco y negro de ensueño en su conciencia, como sol y sombra del tiempo futbolístico, imagen entre los héroes de Kurosawa y el despertar del Technicolor en Hollywood, con sus estrellas rutilantes, semejantes a leyendas del balompié.
Desde que la orejona volviera a las vitrinas en 1998, los éxitos han ido cayendo con grandes goles y seguirán haciéndolo, visto el rendimiento en la Champions de Milán, pero repito, me conformo con la diversión y el buen juego. Ya, las siete se reproducen en el tour del Bernabéu hasta más de una decena actualmente, cuando el nombre de Mijatovich (extinta selección de Yugoslavia) reabrió la espita o el detonante de una explosión triunfal que nos alcanza, hasta nuestros días. A nuestro corazón blanco... (aquí venía otra declaración de intenciones sobre la selección española en la Eurocopa 2016, pero está casi todo dicho... España acabó dominada por el miedo y sin 7), sin influjo de decisiones y errores, cambios ni relevo en la recámara, con desprecios y venganzas, muertos... ¡Bang, bang!
Italia nos descosió la red y la protección pretérita, para nuestras caídas más deprimentes del presente o futuras, como miembro honorable y luchador del espagueti western. Nos mandó a criar malvas, descansen en paz. Pero la voz me dice, despierta ¡Hala Madrid! ¡Vamos CR!

Menuda tarea descomunal para los próximo dorsales rutilantes, y el nuevo 7 de España, de encontrarle sería como el renacer de una selección "yeyé" para nuestros días en alta definición. Una musical y espléndida vuelta de tuerca a nuestro reciente pasado deportivo y homenaje a todos aquellos jugadores que formaron parte de la selección y el Real Madrid. Júbilo del 7, que retorne a la ruptura de muros defensivos, con sus botas a ritmo de un Flash viajando al pasado, en desequilibrio y perpendicularidad, o volviendo al presente con la colocación, toques imposibles y desequilibrios eléctrico-magnéticos, en vuelos incomparables, corazones a mil, matadores del 7... luchando largo y tendido, hasta el final y nada más. Con la mirada puesta en la 12 en el patíbulo blanco.
Sus fuerzas y equipos, son las nuestras, y la visión periférica del mundo, para ser nombrados los más fríos y rápidos de la salvaje Gales en 2017. Su puntería conquistaría la Cardiff, de Bale, desde el valle del Old Chamartín, próximamente. Eres ahora, con todos los ojos puestos sobre ti en Europa y el mundo, tienes calidad y agallas para demostrarlo. Tu puedes ser el próximo 7, muchacho, entrena porque el fútbol español tiene la esencia del puesto (y otros importantes) a disposición de tus botas y cabeza. Lo que nos falta en esa esencia, la estrella que alumbre, necesitamos a jóvenes aspirantes animosos y que, los clubes españoles apuesten más por el producto nacional. Ahí está, precisamente, la principal crisis de la selección actual.

Al final, el triunfo siempre parece ligado a ese 7 mágico.
Rememorado, a pesar de críticas y otras polémicas de mal gusto, pues la Roja esta rota y CR ya no espera esa lucha fraticida con España (con sus títulos y su plaza conmemorativa, por fin), se vio a dos madridistas luchando, otra vez, por la final de la Eurocopa. Pero, se abrazaron en un consuelo de íberico a dragón del norte, lujuriosamente inigualable. Majestuosos, soportando el peso y la responsabilidad de un país entero, samuráis con coleta o rápidos tiradores del Oeste peninsular, los magníficos renacen (al igual que el cine con estrellas, al estilo y trabajo de nuevos siete, Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Peter Sarsgaard, Haley Bennett, Matt Bomer o Vincent D'Onofrio, en la próxima Los Siete Magníficos para la gran pantalla; aunque volviendo al fútbol, ya lo demostraron al acabar esta temporada, sus balas en la recámara para una tanda final de infarto, con la ruleta galesa y portuguesa, en Champions, endiablados y peligrosos. Líderes.

El espíritu del 7 ya no sobrevuela la Roja, desangelada y rendida. Sin el alma de aquellos antepasados que cayeron en frustrados de nuestro fútbol y el borde del área no resolutivo. Sin la calidad o garantía de éxito en las botas, de estos años de gloria. Regresar con nuestra identidad, sin olvidar el esfuerzo y el ánimo, como aquella selección que surgió frente la Hungría de 1964, el toque de Luis Aragonés y su dominio, la de Iniesta ante una despedida triste (no a tiempo, posiblemente) del triunfador Vicente del Bosque... hoy, el número está algo desteñido, como un vómito de ketchup en la camiseta y sobre el escudo, un harakiri en toda regla a la furia y con un ataúd encajando la estatura media del fracaso. Cuando España necesitaba como otros países de Europa, más que nunca, de la aparición del conjunto, las ganas envolventes y lucha del 7, experto en abrir esa lata horizontal o sopor instalado en los televisores del mundo, caja de los truenos, una cerveza del cambio o la frustración actual, ante el vacío que se avecina. Esperemos, volver a ser ese equipo de leyenda... pronto. Con o sin Lopetegui, veremos.
Al menos con el paro, el país se ahorrará aquellas jugosas primas que ayudarán a otros menos magníficos, empobrecidos, piperos de España. And, the winner is... an other great 7!

Tráiler Los Siete Magníficos, de Antoine Fuqua.

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